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Caracas, 17 Feb (PL) Con más de dos mil 200 sindicatos y cinco centrales gremiales, el movimiento obrero venezolano vive hoy un proceso de fragmentación que para muchos se contradice con los cambios en marcha en el país sudamericano. Sólo en el estratégico sector del petróleo existen 134 agrupaciones sindicales, mientras el magisterio está dividido en 14 federaciones, un panorama similar a otros sectores, agravado por las discrepancias internas en varias de las centrales.
Para algunos como José Laguna, dirigente de la federación gráfica, filial de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), es contradictorio que en el camino al socialismo no participa la clase obrera organizada, si bien si lo hacen los trabajadores directamente. En entrevista con Prensa Latina, Laguna apunta que ante esa situación varios activistas retomaron la idea de una Constituyente Sindical para la construcción de un movimiento basado en autonomía y criterios de igualdad y solidaridad perdidos en 50 años de división. Tenemos un panorama de desolación y creemos que debemos trabajar por unificar la clase obrera, indicó el dirigente sindical, para quien una revolución sin clase obrera en la era moderna no puede ser llamada revolución. Otro de los participantes del grupo impulsor de la Constituyente, José Gregorio Ibarra, de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV), aclara que para lograr el objetivo de la unificación se parte de la necesidad de la amplitud y la negativa a cualquier tipo de exclusión. Se trata, explicó Ibarra a Prensa Latina, de una iniciativa con cabida para todas las organizaciones sindicales, a partir de la certeza que la creación de una sociedad mas justa no es posible con la atomización de la clase obrera.
Incluso -agrega- nos preocupa que organizaciones ubicadas en el campo revolucionario no están contribuyendo con el proceso, y por el contrario pretenden apuntalar posiciones individuales y pequeños espacios. En su opinión, si el movimiento de los trabajadores venezolanos no logra aglutinarse, el proceso de cambios en Venezuela será mucho más difícil. Como un buen augurio los promotores de la propuesta ven la receptividad del proyecto, que ya cuenta con la adhesión de un centenar de sindicatos de las más variadas tendencias, cuando el grupo promotor apenas ha realizado una sola reunión. Ahora el equipo organizador se propone realizar un segundo encuentro en el estado occidental de Zulia, donde tiene lugar un proceso de unificación de las organizaciones petroleras. Sin embargo, aunque Laguna estima que el tema apasiona a los trabajadores, existen muchas reservas en la dirigencia y 'muchos muros que derribar y odios que combatir en el movimiento sindical'. De acuerdo con las fuentes ya la iniciativa unificadora es apoyada por gremios importantes como los petroleros, eléctricos (con sus 18 sindicatos), textiles, químicos, farmacéuticos y constructores, entre otros, para él los más emblemáticos, pese a estar fragmentados. Al respecto Ibarra apunta que al iniciar el proceso constataron el grado tan grande fragmentación con la repetición de los mismos sindicatos en pequeñas organizaciones, una multiplicidad injustificada en su opinión. Una concepto coincidente en ambos es que la unidad obrera debe ser eslabón fundamental para el restablecimiento del papel protagónico de los trabajadores asalariados en las luchas por sus derechos, liberación nacional y avance del proceso de cambio y transformación. Un factor importante es que al incipiente movimiento se han incorporado sectores de todas las tendencias políticas, incluyendo aquellos tradicionalmente relacionados con los partidos de derecha como Acción Democrática o COPEI. En la búsqueda de respuestas al fenómeno de la desunión obrera venezolana, Prensa Latina también conversó con Roberto Hernández, vicepresidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) y uno de los defensores de la necesidad de unificar el movimiento sindical. Para Hernández se trata de combatir la paradoja de la gran división obrera existente en un país que se propone construir el socialismo, resultado de una división grupal y de intereses, en su criterio. La incongruencia, en su opinión, es mayor porque el socialismo es un sistema sustentado en el poder de la clase obrera, aunque puede ser asumido por otras clases, a partir del desarrollo humano integral. No podemos avanzar hacia el socialismo con una clase obrera atomizada, opinó Hernández en relación con la convocatoria a la Constituyente Sindical que llama a la unión 'contra el capital, más allá de diferencias políticas, religiosas o de cualquier otra naturaleza'.
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